Jorge Yabkowski, secretario general de la Federación
Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa), expuso el día de ayer en la
Comisión de Legislación General que trata el DNU 70/23 y la Ley Ómnibus.
"¿Tendremos que ponerle velas al Dios Mercado para que arregle este
desastre?", ironizó el dirigente gremial.
Jorge Yabkowski, secretario general de Fesprosa, durante su exposición de ayer en la Comisión de Legislación General que trata el DNU y la Ley Ómnibus |
En su alocución, el
secretario general de Fesprosa consideró que tanto el DNU como la Ley Ómnibus
que impulsan el oficialismo serán sumamente lesivas para la población en
general, y para el acceso al derecho a la salud en particular. “No hay salud
pública sin República”, graficó Yabkowski al comienzo de su exposición. Además,
se refirió a ambas iniciativas legislativas, sobre las cuales expresó que “constituyen
una reforma constitucional de hecho e instalan en la Argentina una autocracia
policial, con el objetivo de terminar la tarea de la dictadura genocida”.
Además de enumerar las múltiples
dificultades que atraviesa el sistema sanitario nacional desde hace muchos años,
el sindicalista rescató la tarea titánica que llevan adelante los trabajadores
y trabajadoras de la salud pública, que sólo en 2019 produjo 150 millones de
consultas y que durante la pandemia cumplió un rol ejemplar, causando la muerte
de 600 trabajadores sanitarios y más de 100 mil contagiados.
En nombre de los 30 mil trabajadoras y trabajadores de la salud agrupados en Fesprosa, el dirigente gremial exigió que se rechace de pleno tanto el DNU 70/23 como la Ley Ómnibus, ya que el congelamiento del presupuesto condena al sistema público de salud a un vaciamiento y a una eventual catástrofe sanitaria. Por último, denunció a las grandes empresas farmacéuticas y las obras sociales, principales beneficiarias de las múltiples desregulaciones que plantean las iniciativas legislativas del oficialismo.
Texto completo de la exposición
Agradezco la
oportunidad que nos dan diputadas y diputados para exponer en esta comisión. En
primer lugar, quería decir, en nombre de nuestros 30 mil miembros, trabajadores
y profesionales de la salud y de todo el campo sanitario, que el Decreto de Necesidad
y Urgencia y la Ley Ómnibus conforman un corpus indivisible y reaccionario,
profundamente subversivo del conjunto de los valores que cimentaron estos 40
años de democracia.
La liquidación del
derecho a huelga, de la protesta social, su criminalización, conforman una
reforma constitucional de hecho que instaura en la Argentina una autocracia
policial cuyo objetivo es terminar la tarea que comenzara la dictadura
genocida. Por eso, pedimos en nombre de todos nuestros miembros y de todo el
campo sanitario el rechazo liso, llano e indivisible del DNU y la Ley Ómnibus. Afirmamos,
a su vez, que el 24 de enero, junto a nuestra CTA Autónoma, a la CGT y a la CTA
de los Trabajadores, estaremos con el paro y la movilización expresando frente
a este Congreso los puntos de vista de la mayoría de los trabajadores.
Mi breve exposición
sobre aspectos sanitarios solo servirá como argumentación adicional a la
necesidad de rechazo del decreto y la ley. En el debate social se instauró como
tema principal el aumento de las prepagas, el cual causó un gran desbarajuste
en el mercado por su impacto en los sectores medios, usuarios del sistema de
seguros privados de salud. Pero tenemos que decir que son solo 5 de los 46
millones de argentinos los que están cubiertos por ese sistema. El 90% de los
argentinos no tiene medicina prepaga.
20 millones de
argentinos son CPE, Cobertura Pública Exclusiva, y de ellos, el 70% es pobre.
Probablemente, con estas nuevas medidas económicas, ese porcentaje haya
aumentado sustancialmente. Los argentinos de Cobertura Pública Exclusiva se
atienden en 1700 hospitales y 6000 unidades sanitarias. En 2019, este sistema "ineficiente",
realizó 150 millones de consultas. Ni hablemos de la pandemia, donde estuvimos
a la cabeza, dejando 100.000 infectados y más de 600 muertos.
El DNU no dice
absolutamente nada, ni la Ley Ómnibus, de cómo reforzar la red pública de
contención frente al aumento de la miseria, la desocupación y la pobreza. Nada
de nada. El 80% de la financiación del Sistema Público de Salud está a cargo de
las provincias, 65% de los estados provinciales y 15% de los municipios. Con
presupuestos congelados, ¿qué será del sistema? ¿Qué será del medio millón de
trabajadores del Sistema Público de Salud mal pagos y precarizados? El 20% del
presupuesto público lo aporta el Ministerio de Salud de la Nación. Hasta donde
conocemos, el ministro de Salud de la Nación no vendrá a este recinto a
explicarnos qué pasará con los programas de vacunación, de HIV, de salud
reproductiva.
¿Qué pasará con la
precarización y los salarios congelados de los trabajadores de salud?
¿Tendremos que ponerle velas al Dios Mercado para que arregle este desastre?
¿Nos sentaremos en la puerta de la Basílica del Pilar a pedirle una limosna a
Roemmers y Bagó, que se harán aún más ricos con la desregulación de los precios
de los medicamentos? Miren los balances post-pandémicos de las grandes empresas
que serán beneficiarias de la desregulación y el descreme. ¿Volveremos en salud
mental al chaleco de fuerza, a los manicomios, a la internación compulsiva, al
glorioso 1880, como plantea el Presidente?
No tengo más tiempo. En nombre de toda la colectividad sanitaria les pido el rechazo al DNU y la Ley Ómnibus. Si por alguna razón profundamente irracional estas normas pasan, sepan que la resistencia social para defender nuestras conquistas, los derechos a la salud, al trabajo y a una vida democrática, las garantizaremos como lo hicimos durante todas las dictaduras que asolaron a nuestro país en el siglo XX. En las calles. Muchas gracias.
Contacto de prensa:
📲 Ignacio Marchini: +54 9 11 3661-9532
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