Las trabajadoras de salud de Chubut se encadenaron al Ministerio de Salud provincial en busca de respuestas a sus reclamos laborales. Hace siete días, sumaron una huelga de hambre a la medida de fuerza. Ante la indiferencia del gobierno, mañana inician una huelga seca. Son mujeres, trabajadoras, jefas de hogar y llevan adelante esta lucha por sus compañeros, por sus hijos, por la comunidad. Estas son sus historias.
Mi nombre es Andrea Leonett, tengo 28 años
y soy de un pueblito del interior de Chubut llamado Las Plumas. Hace 6 años vivo
en la ciudad de Trelew, donde me desempeño laboralmente como administrativa en
un centro de atención primaria de la salud, en el barrio Etchepare.
Nos
encontramos en las calles reclamando por nuestros derechos hace ya más de dos
años. Primero, la pelea era para que abran las paritarias. Tras conseguirla y lograr
un buen acuerdo para la recomposición salarial de todxs lxs trabajadorxs,
tuvimos que pelear para que se haga efectivo el cumplimiento de ese acuerdo.
Desde ese momento, la situación no ha hecho más que empeorar, porque además de
que esa paritaria no se cumplió, nos encontramos con un pago escalonado y
selectivo, por lo tanto lxs empleadxs de Chubut no sabemos cuándo cobramos
nuestros sueldos y tampoco sabemos qué cobramos.
Patricia |
Mi nombre Patricia Fernández, tengo 54
años. Soy mujer, mamá, abuela de 8 nietas y trabajo en Hospital Materno
Infantil. Estoy realizando una huelga líquida y el lunes comenzaremos con mis
compañeras una huelga seca. Amo la Vida, amo a mi familia y me gusta mi
trabajo.
El
gobierno esta priorizando a quienes pagar. Así fue que la semana pasada
depositó al tercer y cuarto rango de empleadxs de Legislatura para que la
provincia de Chubut tenga un ordenado y tranquilo inicio de sesiones
legislativas, demostrando de esta manera que en Chubut hay empleadxs de primera
y de segunda, hay reparticiones con mas prioridad que otras y esto tiene que
ver netamente con los intereses políticos y económicos del gobierno de Mariano
Arcioni.
Nos
adeudan 2 clausulas gatillo, los remanentes que se han generado por la no
aplicación de las mismas y un retroactivo de zona y antigüedad de los meses de
julio y agosto y la aplicación de la trienal, que se debería haber aplicado a
cada empleadx en enero por haberse cumplido el 31 de diciembre los 3 años
correspondientes para la misma.
Mi nombre es Paola Camisay, y trabajo en el
hospital de Trelew. Soy madre de dos hijos adultos y sostén de mi casa. Hoy, 8
de marzo, me encuentro en la calle acompañando a mis compañeras q comienzan una
huelga seca.
Uno
de los puntos relevantes de este conjunto de demandas llevadas adelante es el
presupuesto extraordinario para salud pública, para contar con una garantía
específica a la hora de cumplimentar los acuerdos alcanzados. Si salud es un
servicio esencial, también debe ser contemplada de esa manera a la hora de
contemplar un presupuesto.
Teniendo
en cuenta el tiempo que llevamos en la calle reclamando es que decidimos iniciar
el encadenamiento en las puertas del Ministerio de Salud. Como no obtuvimos
respuestas por parte del gobierno, endurecimos la medida comenzando una huelga
de hambre. Hoy se cumplen 12 días de este encadenamiento y 7 de la huelga de
hambre.
Lamentablemente
estamos en condiciones de extremar la medida con una huelga seca a partir de
mañana ante la indiferencia y destrato de este gobierno. El único diálogo que
el gobierno provincial ha mantenido con nuestro sector es la indiferencia, darnos
a entender que no les interesamos y que no estamos dentro de sus prioridades.
Lo
que nosotrxs como sector representativo de salud solicitamos es empezar a
trabajar en las demandas presentadas, empezar a dar soluciones a lxs trabajdorxs
que la están pasando mal, esperamos un verdadero dialogo, respeto y coherencia,
que es lo mínimo que merecemos por ser ciudadanxs de esta provincia que todos
los días cumplen con sus labores para que la comunidad en su conjunto tenga un
servicio de salud de calidad como corresponde.
Andrea |
Yo, Andrea, además de trabajadora de la
salud, soy mujer y mamá, soy amiga y compañera, soy militante feminista. Saber
que estamos llevando adelante esta lucha con mis compañeras, me reconforta y da
tranquilidad porque estamos haciendo lo que tenemos que hacer, estamos poniendo
todo lo que hay que poner y por eso puedo mirar y acariciar a mis dos hijas mujeres
y decirles que mamá no se rinde, que mamá está peleando por los derechos de
muchísimas personas de la provincia del Chubut.
Hoy estoy perdiendo tiempo con ellas, tiempo
que necesitan y se merecen, pero sé que cuando sean grandes contarán con
orgullo que su madre llevó adelante una lucha para que muchas personas tengan
lo que se merecen.
Hoy es el Día de la Mujer Trabajadora y estoy
orgullosa de pertenecer a un movimiento feminista que entiende las luchas de
manera transversal y sobre todo identificar todo lo que las mujeres sostenemos
y bancamos en este sistema capitalista y patriarcal con esas gafas violetas que
todo lo hacen ver en clave de género. Hoy reivindico este día de la mejor
manera que puedo, en la calle luchando con compañeras. Hoy levanto en alto y
con orgullo la bandera por la más absoluta de las libertades de cada una de
nosotras.
Yo, Patricia, estoy a cargo de mi familia. Tengo
una hija trabajando en la Administración Pública y a veces se hace difícil para
mis nietas, porque no siempre tenemos alimentos para ponerles en la mesa. Cuando
esto pasa las enviamos a la casa de su papá, pero cuando él tampoco las puede
alimentar, mis nietas van a dormir con el estómago vacío y eso te parte el
alma, te quiebra las rodillas. Me encuentro mirando al cielo pidiendo a Dios que
por favor toque el corazón de nuestros
gobernantes provinciales y nacionales, al igual que el de los Legisladores.
Soy
una persona común que lo único que sabe es trabajar y hoy exige el pago
de su trabajo. Duele la indiferencia del gobierno, e inclusive a veces el de la
sociedad. Este 8 de marzo, mi mensaje para las mujeres es qué jamás se rindan, que
exijan respeto, igualdad de derechos, que se respete nuestra voz, y nuestros cuerpos.
Qué sean valientes y luchadoras.
Paola |
Yo, Paola, estoy en una situación
complicada con el banco de mi provincia debido al atraso en los pagos por no
tener mi salario en condiciones. También fui derivada al Veraz por falta de
pago de créditos personales que me vi obligada a solicitar.
Mis hijos son los que están pagando los
servicios básicos de la casa para que no sean suspendidos. Endeudada y con
miedo a que me llegué algún embargo, sigo en la calle peleando por mis derechos
y los de mis compañeras. Sabiendo el peligro que esta huelga implica en su salud,
me mueve la esperanza de que seamos escuchadas y que nuestras vidas vuelvan a
encausarse para poder volver a nuestros lugares de trabajo y volver a compartir
con nuestras familias la vida diaria.
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