En los últimos días, más de 15 trabajadores fueron despedidos sin causa. Además de los contratos precarios, informaron que son víctimas de persecución. Fesprosa se solidariza con su lucha y exige la reincorporación.
En el hospital de alta complejidad Cuenca Alta Néstor Kirchner, fundado hace cinco años en la localidad de Cañuelas, se produjeron los despidos de más de 15 trabajadores de diferentes sectores arbitrariamente.
Esto puso en relieve también la grave situación de precarización laboral en la que se encuentran los mil trabajadores que actualmente conforman la planta de empleados de este hospital de referencia para una amplia parte la cuenca Matanza-Riachuelo. La mayoría de ellos se encuentra con contratos en forma monotributista, renovados cada tres o seis meses.
Gerardo Mucciolo es uno de los despedidos, quien trabajó desde los inicios del hospital desempeñándose en el sector de emergencias en el traslado de pacientes de alta complejidad, atendiendo como enfermero y técnico de emergencias en el shockroom. Informó que el cambio de cúpula de gestión se realizó hace dos años con el inicio de la presidencia de Alberto Fernández, que manifestó que la intención primaria era “sacar a la gente vieja” que representaba un grupo de 250 trabajadores aproximadamente. Mientras tanto, la promesa de la planta permanente nunca llegó.
“En diciembre se venció el último contrato que habíamos
firmado. Establecieron una prórroga, pero después de eso nos enteramos que no
nos iban a renovar”, informó Mucciolo. El trabajador también comentó que el
intendente del hospital, Alan Donati, quien tiene más de 15 denuncias por acoso
y violencia de género, y dos denuncias legales por parte de Mucciolo y otro
empleado, lo hostigó por denunciar irregularidades y por apoyar a sus
compañeras del departamento de género.
Tras la prórroga para renovar los contratos, el departamento de recursos humanos informó que se iba a realizar una evaluación de desempeño. Mucciolo, que cuenta con un legajo responsable, fue despedido sin esta evaluación y cuando buscó respuestas le dijeron que se debía que el Consejo Administrativo había decidido no renovarle el contrato. “Mi legajo daba negativo porque había muchas notas de mi superior, Alan Donati, avaladas a su vez por su superior Eduardo Salinas, que hablaban de inasistencias y abandonos de guardias. Esto no es verdad y cerraron toda posibilidad de descargo”, señaló Mucciolo.
“La verdad que nos han sacado como perros después de todo lo que hemos puesto durante la pandemia. Estamos esperando la asesoría de un abogado y en principio ver la posibilidad de la reincorporación. Agradezco el contacto de las autoridades de Fesprosa, que se pusieron a disposición y nos expresaron su solidaridad”, finalizó Mucciolo.
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