Más allá del orgullo de que Alberto Fernández haya elegido al Posadas para vacunarse contra el COVID-19, las y los trabajadores del hospital demandan respuestas concretas a sus históricas demandas.
Como gremio representante de los trabajadores de la salud pública, Fesprosa está orgullosa de que el Presidente de la Nación haya elegido al Hospital Posadas para vacunarse.
Con sus 84 camas de terapia y casi 5.000 trabajadores, el Posadas fue y es parte de la primera línea en la lucha contra la pandemia.
El martes pasado, la presidenta de Fesprosa, María Fernanda Boriotti, junto a la representante de los trabajadores y profesionales del hospital, Mirtha Jaime, pidieron al Ministerio de Salud en una entrevista que fue hecha pública una solución para los problemas que aquejan a los trabajadores de este hospital.
Las 200 reincorporaciones fueron un paso adelante, obtenidas con la lucha luego de cuatro años de desastre macrista. Pero hay problemas graves que subsisten. En primer lugar, la pandemia ha dejado más de 1.000 trabajadores infectados y 5 fallecidos. Disponer hoy de las dos dosis de la vacuna abre un camino de esperanza en la protección de los trabajadores de la salud.
Pero, como decíamos más arriba, persisten severos problemas laborales. Hoy, el 90% del personal está precarizado. Hace años que los trabajadores vienen reclamando un Decreto de Necesidad y Urgencia que permita el pase a planta de aquellos que ya se están por jubilar sin lograr la estabilidad laboral. Esta reivindicación fundamental se une al problema de los bajos salarios.
La paritaria de los profesionales de los hospitales nacionales no fue convocada, y los arreglos salariales de los gremios generales del Estado les han hecho perder más del 10% del salario.
El Posadas necesita hoy, amén de la respuesta simbólica de vacunarse allí el Presidente de la Nación, respuestas políticas concretas que den satisfacción a la justa demanda de quienes son el alma del hospital.
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