El sistema sanitario se acerca al borde de su capacidad operativa y a pesar de los esfuerzos 10.000 trabajadores se han contagiado y 30 de ellos fallecieron. Es por eso que desde Fesprosa convocan a todas las organizaciones y corrientes del campo de la salud a sentarse en una gran mesa de unidad para organizar una nueva y más potente Jornada Nacional de Lucha.
Decenas de organizaciones del campo sanitario
construimos jornadas nacionales de lucha en mayo, junio y julio en reclamo de salarios,
equipos de protección personal, testeos amplios, bono para todos,
desprecarización laboral y defensa del sistema público de salud.
En este proceso obtuvimos algunos logros. El COVID-19
fue declarado enfermedad profesional. El bono estímulo, aunque de manera tardía
e insuficiente, llegó a más de 500.000 compañeros. Aún hay varios miles sin
cobrar y seguimos reclamando la modificación del decreto 315 para incluir a todos.
En algunas provincias se lograron aumentos y compromisos de desprecarización. La
mayoría congeló los salarios y las negociaciones paritarias. Mejoró la
provisión de EPP. Se constituyó el COE Nacional pero solo en algunas provincias
y en unos pocos establecimientos sanitarios ocurrió lo propio. A pesar de los
esfuerzos 10.000 trabajadores se han contagiado y 30 de ellos fallecieron.
Estamos en un punto de inflexión en la pandemia, en particular
en el AMBA. El sistema sanitario se acerca al borde de su capacidad operativa.
El crecimiento de los contagios implica también el aislamiento de los contactos
estrechos con lo que el pico de utilización de camas coincide con una baja
notable en el recurso humano. Se ofrecen módulos, horas extras, se niegan
licencias en salas con personal insuficiente, lo que aumenta el desgaste
laboral y el riesgo de enfermar.
Los hospitales en particular se convirtieron en
lugares de alta circulación viral. Pero el testeo de todo el personal para detectar
asintomáticos y aislarlos no se lleva a
cabo. Recién en algunos establecimientos y jurisdicciones van a comenzar los mismos.
Nos piden esperar a las post pandemia para discutir
salarios y condiciones laborales. Mientras se demoran las reformas fiscales que
permitirían al Estado contar con mayores recursos para afrontar la crisis, los
salarios se congelan, se rebajan las jubilaciones y se desdobla el aguinaldo.
En tanto la política de paralizar al Ministerio de Trabajo
y las organizaciones sindicales transforma una medida presuntamente racional en
lo sanitario en un atentado cotidiano a la libertad sindical: inscripciones de
los gremios de Fesprosa que no se efectivizan aún con fallos firmes de la Justicia,
congelamiento de los trámites de personería y demoras en el otorgamiento de la
certificación de autoridades son parte de un menú que busca paralizar la
resistencia cotidiana a las medidas de ajuste.
Construir unidad y autonomía para defender derechos
El impacto de la pandemia en la clase trabajadora ha
sido devastador. La pobreza va en vías de superar el 50% y la desocupación
abierta ha escalado más de cinco puntos. Las patronales públicas y privadas
ajustan a los más débiles. Nadie va a defendernos si no nos defendemos
nosotros, por encima de simpatías o antipatías político partidarias.
Es por ello que desde Fesprosa convocamos a todas las
organizaciones y corrientes del campo de la salud a sentarnos en una gran mesa
de unidad para la acción, como primer paso para organizar sin sectarismo una
nueva y más potente Jornada Nacional de Lucha.
El programa es claro. La ocasión es ahora.
Salud Unida Jamás Será vencida
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